Pegar o Hablar. Esa es la pregunta!

Ultimamente es inevitable para mí pensar en el tema de los niños. Me viene por temporadas es cierto pero con los nuevos vecinos que tenemos.
Gonzalo, Alvaro y María, así se llaman los 3 niños de la familia de arriba. Normalmente por las mañanas el piso está tranquilo y no hay sonidos y por mi mucho mejor porque así puedo oír mi música, trabajar mis fotos etc.
Pero pasadas las 4 de la tarde llegaron los "angelitos" jajajaja. Mientras Gonzalo corretea por todo el departamento Alvaro se agarra de una silla y sale arrastrándola por la cocina, bueno hasta que su mamá se dá cuenta y pega unos gritos que hasta yo dejo de hacer lo que estoy haciendo jejeje y María ay la María llora y llora y sólo pide hablar con su mamá.
A veces los fines de semana oigo al papá gritando tan pero tan fuerte y lo peor es que los niños no dejan de hacer escándalo sólo porque el papá les grita o les pega y por los sonidos yo estoy segura que algun golpe sin reciben.
Hace unos años atrás yo hubiese escrito aquí en mi post que estaba de acuerdo con que a los niños hay que darles golpes para que entiendan porque bla bla bla pero debo confesar que desde que me casé y vivo en Europa mi visión sobre este asunto ha cambiado muchísimo.
A veces hablo con mi Chanchito sobre nuestras infancias y me quedo tan perpleja cuando el me dice tan tranquilo que a él y sus hermanos jamás les pegaron.
Yo le pregunto una y mil veces y le digo que a lo mejor tiene mala memoria que simplemente no es posible, algo tiene que haber pero NO, el piensa y se toma su tiempo y me mira nuevamente y me dice otra vez que NO, que que el recuerde jamás le pegaron.
En Ecuador eso sería un tema polémico porque allá la mayoría de los padres sino pegan son COJUDOS que no saben educar a los hijos. Pero al final todo esto viene porque somos una sociedad netamente machista, acostumbrada a hacer prevalecer los puños sobre las palabras. Aunque últimamente todo esto vá cambiando poquito a poquito, gracias a Dios.
Cuando viví en Alemania y en Dinamarca ví niños haciendo rabietas, llorando, tirándose al piso pero nunca pasaban más de 5 minutos, luego solitos se tranquilizaban, veían que los papás no les prestaban atención y solitos regresaban a la normalidad. Y es verdad, al inicio yo creía que era cuestión de genes pero ahora estoy completamente segura que es cuestión de educación.
Cuando vamos donde mis suegros yo siempre me quedo sorprendida porque mi esposo y sus hermanos aún pese a no ser educados bajo el golpe son sin duda los "niños" más bondadosos y respetuosos que yo haya visto.
Hemos tenido la oportunidad de estar todos juntos en navidad y es que yo sinceramente no me lo explico. Si cuento esto en Ecuador dirían que seguramente esos "muchachos" son unos malcriados, gritones, mal educados, y todo por no haber recibido su buen "golpe" de pequeñitos. Pero NO es así, es todo lo contrario, son como esos niños buenos de las películas, nunca discuten feo, nunca se pelean, abrazan a sus papás, les hacen favores sin que se los pidan, es como de un sueño. Ya varias veces le he dicho en el oído a mi Chanchito que ojalá nuestros hijos fueran así.
Y sé que he cambiado pero tengo miedo, tengo mucho miedo porque una cosa es escribir y ahí todo suena fácil pero vivirlo y experimentarlo es otra cosa. Nosotros aún no tenemos hijos pero yo soy consciente de que carezco de paciencia y mi esposo es bello, precioso, amoroso y todo pero cuando se cabrea se cabrea y grita que por poco rompe los cristales.
Que vamos a hacer? Como reaccionaremos ante ciertas situaciones? Tengo temor de que cuando ya tengamos nuestros "cochinitos" como decía en un comentario anterior el Herr Pilas de repente se me salga todo lo "latino" y empiece a golpear despacito y luego me olvide y cuando me dé cuenta ya sea una mamá a la antigua.
Quiero tener hijos, siempre los quise pero no quiero que sufran con mis ataques de iras o mis malos genios, no quiero verlos sobándose la parte que he golpeado, no quiero, NO QUIERO.
Yo creo que hablar es la clave. No digo que si el niño hace algo malo voy a venir y premiarlo por lo que ha hecho pero sí hablarle claramente, explicarle las cosas.
El Chanchito lo tendrá más fácil, el viene de éste mundo europeo donde hay otras normas y otros valores, al menos en su familia ha sido así. Supongo que tendré que aprender de él. Estoy segura.
Tener un matrimonio multicultural es una cosa un tanto difícil pero seguro que no somos ni seremos los únicos.

Algún consejo para el futuro?