"el 7 de septiembre es....

es nuestro aniversariooooooo."

Así dice la canción de Mecano y así también está escrito en nuestras vidas.
Un 7 de septiembre nos confesamos, a la fuerza pero al final nos confesamos que estabamos enamorados. Ya he contado muchas veces la historia así que no la repetiré esta vez.
Cuando nos dijimos lo que sentíamos no sabíamos que de ahí vendrían todas las cosas que son ahora. Casarnos? vivir en Copenhague? No lo habríamos siquiera imaginado.
Lo más chistoso fue cuando una vez luego de un par de meses después de que el regresó para Alemania, estaba yo arreglando mi cuarto con la radio encendida y estaba haciendo escándalo con unos papeles y de repente todo se quedó callado y se oyó en la radio la voz de Ana Torroja.."7 de septiembre es...es nuestro aniversario".
Para aquellas épocas yo andaba muy sensible por la partida de mi chanchito y entonces al oír eso en seguida debía sonreir y llorar a la vez.
Cuando regresó la segunda vez viajamos a muchos lados y en uno de esos viajes con la familia de repente le oigo decir: Has visto? Mira allí!
Había un letrero grande afuera de una escuelita muy muy humilde, el letrero decía: Escuela 7 de septiembre.
Nos besamos instantáneamente y juramos que al regreso sacaríamos con tiempo la cámara para poder fotografiar el (nuestro) letrero.
Y si recuerdo bien, aquel 7 de septiembre luego de los nervios fuimos a casa y comimos chuletas, mamá había cocinado riquísimo y en la mesa simplemente ambos no podíamos concentrarnos. La única que sabía un poquito de lo que había pasado era mi mamá, mi confidente.
Cuando entré a la cocina para ayudarle a servir, aproveché el momento y rápidamente le dije: Mami mami, ya!
Ya qué? -preguntó mi mamá.
Que ya nos dijimos... y que si, si está enamorado de mí! :)
Desde aquel día todo ha sido diferente para mí. Podía por fin atreverme a hablarle con mucho más carino del que ya le hablaba, a tocarle su barbita con 2 días de crecimiento, podia hacer todo eso porque ya era mi novio. Nunca le dije "enamorado" porque desde siempre yo me sentí tan comprometida y por eso desde el inicio hasta antes de casarnos fuimos novios.
El heladero, las chuletas, los nervios, las miradas, las palabras serán cosas que nunca olvidaremos.
Ayer al terminar de arreglar su maleta me dí cuenta: Manana es 7 de septiembre, nuestro 7 de septiembre y él debe irse, solo espero que Francia y Suiza lo reciban bien, que tenga un viaje tranquilo y sobretodo que regrese sano y salvo a casa.
Y sé que no somos la pareja perfecta, que tenemos nuestro genio y que a veces nos falta paciencia el uno con el otro pero definitivamente para que el 7 de septiembre se repita tanto en nuestras vidas es porque algo de magia existe.

Es aún temprano, ya lo he despedido desde el balcón, no he llorado. Mi cacao me espera y mientras me arreglo cantaré en voz bajita...

( te quiero).